LA MIRADA A LA RUINA
Cuando salgo de casa en dirección a Moncloa, me llevo fijando desde hace años, en un edificio abandonado, en ruinas y que seguramente se esté cayendo, que queda al lado izquierdo de la carretera.
No recuerdo cuando fue la primera vez que este edificio llamó mi atención pero fue quizás después de entrar en la carrera, después de aprender algo sobre el valor de un monumento, pero sobre todo del valor de un edificio sobre la sociedad y sobre el entorno que le rodea.
Me quedo con unas palabras aprendidas hace mucho tiempo, en las que se destacaba la importancia de no entender la ruina solo por cómo es ahora, sino verla con una mirada pasada, pensar en cómo fue ese edificio y qué influencia tuvo en ese momento.
Por ello, me interesó intentar descifrar donde estaba la escalera del hostal y fotografiarla, donde estaba la entrada principal (que debía ser como yo pensaba, la que daba al lugar más cercano a la carretera principal), los restos que quedaban de los marcos de las ventanas…
Detalles que demostraban que era un edificio cuidado y que cumplió una función en su época.
También me llamó la atención, imaginarme como personas de otra época habían entrado en ese edificio, por un camino que no podría tener la misma densidad de tráfico que tiene ahora pues ni siquiera cuenta con acera para acceder, se ha perdido… en como mujeres con faldas de época subirían por las escaleras y se asomarían por unos balcones, que de construirse ahora llamarían la atención por lo “tradicionales” de su diseño y en su estratégica posición en una parcela triangulada haciendo esquina a la entrada de una carretera importante, lo que denota que fue un edificio singular y que ocupaba un lugar muy importante, aunque ahora deja indiferente a la mayoría de la gente, a no ser que conozcan un poco sobre el tema.
Pensaba también en John Ruskin y el “ruinismo” que me impactaron sobremanera cuando tuve la oportunidad de estudiarlas.
Desde entonces he de reconocer, que se me ha quedado un granito en la cabeza que va creciendo mas y mas y que me impide quedarme indiferente al ver edificios abandonados o en ruinas.
¿Cuál es su valor? ¿Cuál fue su valor? ¿Realmente deberíamos dejar “morir” así a los edificios? Algo que fue todo y que ahora se desvanece…